Lo que la gente ve
Se cumple la tradición en la
huasteca
Livia Díaz
A los candidatos les gusta jugar timbiriche, menos
que al yoyo; pero a algunos les sale bien el cachirul, y por eso andan con la
cuerda enredando el trompo practicando, aunque no les importa mucho si es de
plástico o es de madera, si es artesanal o de fábrica, sino tensar la cuerda.
Como la gente ya lo sabe y lo dicen, que las
elecciones buenas son las grandes, o las presidenciales, andan a la vera
esperando a que se dé la orden de las fórmulas, quizá para ya no gastar mucho,
o colgándose de la cuerda para que les toque tantito. Pero no habían de fiarse,
ya les ha pasado que la gente vota para presidente por un partido, para senador
por otro, y para diputado federal, por otro más.
El trompo suele dar razón al juego que estilan,
desde hace tiempo, los candidatos perredistas en la huasteca veracruzana, pero
también han aprendido de ello los de otros partidos.
En esta ocasión, entrando a la segunda década del
milenio, en el año del cambio global, es de esperarse que no crean que así vayan
a lograr que las empresas de comunicación anden tras ellos como plumeros,
levantando con las plumas cabriolas de polvo. Sino que se tomen en serio sus
planes de medios, difusión y promoción del voto, además de adquirir espacios,
con los recursos que el pueblo les da para hacer sus campañas, fomentando la
existencia de medios en la región. Porque como quieren ahora las cosas gratis,
tal vez pensando en que, como por arte de magia el pueblo va a conocerlos por dentro
y por fuera, nisiquiera han dado a conocer sus planes de campaña, sus ideas
geniales, sus propuestas interesantes, ni sus agendas.
Despacho virtual
Como saben jugar a la actualidad, algunos hacen
campaña desde el solitario, acompañados de su oficina virtual, gracias a un
celular. El chalmense ha de pensar, que si uno ganó antes, con una televisión y
una videocasetera, el ganará dos veces con su Blackberry; el platonense,
también armado con su celular y su facebook, da buena cobertura a sus propios
actos realizados en municipios serranos; y el serrano, no se sabe, está muy
azul, todavía no llega a morado.
Los candidatos a diputados federales, cumplen la
tradición en la huasteca veracruzana, y como ha ocurrido desde hace 500 años,
fueron criados en pueblos del centro del país. Cierto es que los tres, de los
partidos más conocidos, son casi desconocidos, al menos por las nuevas
generaciones, y con tan buenas ideas de propaganda y promoción del voto que
tienen, lo menos que se puede esperar es a que no les dé, por hacer, lo que en
ocasiones pasadas, como es expresarse mal, vapulear reporteros, confrontarlos,
y manifestar su malestar públicamente contra ellos.
Esto es de ley, porque lo que menos se necesita
actualmente en el territorio veracruzano es discordia y violencia.
Ya se sabe que en forma, por demás irresponsable e
irrespetuosa Andrés Manuel López Obrador habla mal de todos y agarra parejo,
hasta ha dicho que va a democratizarnos a los medios, sin hablar del trabajo,
los salarios, ni contar con que, el peso de su idea, daña al gremio y alienta a
la violencia contra el reportero, y el que es del todo inocente del jaloneo
político, y el último en la empresa, pero el primero en la cadena productiva y
con este ‘amor’ sale del todo mal pagado.
En otro tema, con lo que han publicado sobre la
visita de Enrique Peña Nieto, dan ganas de encontrárselo caminando en el puerto
y mediante un café platicar, para saber, si es el león como lo pintan, ya que
al león cada quién lo pinta como quiere.
En fin. A Josefina Vásquez Mota, no la pudimos
conocer. Como no aguantó el calor de Huejutla, pues ya no quiso saber del que
hay en Tantoyuca, o al menos es lo que la gente ve.