LIVIA DÍAZ
El poema como factor comunicante entre lo personal y lo colectivo. La permanencia de la memoria en los objetos y los actos humanos. La mneme en coexistencia del siglo 21.
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Perdona si me pongo la cabeza
Si mi protesta agobia mis sentimientos
A veces, se convierte en mi cuerpo
El combate del dolor y por más ideas.
Sólo puedo dejar que se joda
A veces me gobierna. Me hace gritar
#Ayotzinapa #ABC niños y jóvenes
YO LOS ESCUCHO. Yo no comprendo
Pero es que el dolor de un hijo
A veces me levanta o me amanece
Para seguir contando a la alegría
Porque tuve un sueño que terminó la muerte.
Así que con permiso. Hoy me gobierna
Y me hace escribir su dolor sudoroso
Su pestilencia nauseabunda de ultratierra
A esos que tienen orejas de pescado
Corazón de piedra y ojos ciegos.
Hoy me molestan esos que por unas monedas
Me esperaron a la salida del seguro social
Coludidos con los vigilantes para comprar su tumba
Me molesta y disgusta su interior sucio
En donde nada es suficiente: ni el amor
Ni la vergüenza ni la decencia ni la fe
Perdón si no comprendes del todo mi palabra
Mi corazón brincó porque pensaba, de una manera estúpida.
Que con el tiempo me dolería menos la masacre
La indolencia, la desvergüenza, el abuso.
Me duele más. En lugar de menos. No hay sitio para menos
No tengo ya ningún lugar para otro. No cabe nada más
No pasará otra cosa que cantos y oraciones.
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Livia Díaz
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Xalapa, 9 de octubre de 2014.
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